¿Cómo saber si un bebé es intolerante a la leche de vaca?

La intolerancia a la leche de vaca, y más concretamente a la lactosa, afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Esta intolerancia aparece con mayor frecuencia en la edad adulta, cuando nuestro organismo produce menos lactasa. No debe confundirse con la alergia a la leche de vaca, más rara, que puede afectar a los lactantes antes de desaparecer de forma natural hacia los 3 o 4 años. Sin embargo, los síntomas son difíciles de entender, lo que hace que el diagnóstico sea aún más complejo.

Entonces, ¿cómo saber si un bebé es intolerante o alérgico a la leche de vaca y qué hacer al respecto? He aquí algunas respuestas.

 

Intolerancia a la lactosa

 

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de nuestro organismo para digerir la lactosa. azúcar complejo que contiene la leche. Para poder asimilar lactosaEsto lo hace una enzima llamada lactasa. Sin embargo, a medida que envejecemos, la mayoría de los seres humanos producen menos lactasa. Como resultado, la digestión de cualquier alimento o plato que contenga lactosa se hace más difícil. La intolerancia a la lactosa es mayoritaria en todo el mundo: ¡75 % de la población mundial es intolerante a la lactosa! Los signos de intolerancia son más evidentes en la edad adulta. Los lactantes producen suficiente lactasa para poder asimilar la leche (materna o de vaca) hasta que son destetados. A medida que crecen, la producción de esta enzima disminuye, alcanzando gradualmente un nivel residual.

Sin embargo, algunos bebés tampoco pueden digerir la leche: esto puede ser un signo de alergia o intolerancia.

 

¿Puede un bebé ser intolerante o alérgico a la leche de vaca?

 

La leche de vaca se utiliza a menudo en la dieta de los recién nacidos, sobre todo cuando la madre no quiere o no puede dar el pecho. Este tipo de leche puede contener proteínas que el bebé no asimila. En este caso, el sistema inmunitario del niño, aún inmaduro, las rechaza por considerarlas nocivas. Es lo que se conoce como alergia a las proteínas de la leche, también conocida como APVM. Esta alergia alimentaria suele aparecer durante los primeros meses de vida y, por lo general, desaparece en torno a los 3 o 4 años.

Es importante no confundir alergia con intolerancia. En el caso de una alergia, las proteínas de la leche de vaca provocan una respuesta inflamatoria con producción de anticuerpos: el organismo reacciona ante un alérgeno produciendo lo que se conoce como inmunoglobulina E. La alergia a la leche se denomina entonces IgE-dependiente.

En caso de intolerancia, el lactante no produce inmunoglobulina E: es lo que se conoce como intolerancia a la leche no dependiente de IgE.

Existen, por tanto, dos mecanismos diferentes. La patología más frecuente es la intolerancia a la lactosa. En ambos casos, sin embargo, es importante reaccionar, porque un CMPA puede afectar al crecimiento del bebé y a su mineralización ósea, ya que los nutrientes no se absorben correctamente.

 

¿Cuáles son los síntomas de la alergia a la leche de vaca?

 

Los síntomas de la alergia pueden aparecer una hora después de tomar un biberón que contenga leche de vaca. El bebé puede sufrir diarrea, dolor de estómago, cólicos, gases, reflujo, estreñimiento, náuseas o vómitos. Las heces del bebé pueden contener sangre, y también puede tener erupciones cutáneas y los labios hinchados. En algunos casos, el bebé jadea y tiene dificultades para respirar correctamente. Un bebé que no tolera la leche de vaca puede negarse a tomar el biberón, llorar sin motivo y estar irritable todo el día. Es importante reaccionar, independientemente de los síntomas. Si el bebé es alérgico a la leche de vaca, los síntomas pueden llegar al angioedema y, en los casos más graves, a la anafilaxia.

En el caso de la intolerancia a la lactosa, los síntomas son más exclusivamente digestivos.

Las manifestaciones anteriores pueden variar considerablemente de un bebé a otro, y las reacciones también pueden ser inmediatas o retardadas.

 

¿Cómo se diagnostica la intolerancia o alergia a la leche en los bebés?

 

Como habrá comprendido, los síntomas son múltiples, pueden variar de un niño a otro y asimilarse a otras patologías. Por ello, el diagnóstico de una intolerancia o alergia a la leche es complejo de establecer.

 

El médico empezará por realizar un interrogatorio que le permitirá conocer la alimentación del bebé, los distintos antecedentes familiares, el comportamiento del niño y la aparición de los distintos síntomas. También realizará un examen clínico.

También existen varias pruebas para diagnosticar la CMPA.

Para la APLV lgE-dependiente, los médicos pueden sugerir una prueba de punción cutánea con leche de vaca. Se trata de una prueba cutánea que da resultados en un plazo de 10 a 20 minutos. Si la prueba es positiva, la piel mostrará un pequeño grano (pápula). El médico también puede recomendar un análisis de sangre para IgE específica.

 

Para establecer la intolerancia a la lactosa, el médico puede recomendar una prueba de aliento, que tendrá lugar en el hospital. Para hacer un diagnóstico definitivo, el médico también puede recomendar una prueba de desalojo eliminando la leche de la dieta del lactante.

 

¿Cuáles son las soluciones a la intolerancia o alergia de un bebé a la leche de vaca?

 

Si se diagnostica APLV, el médico recomendará evitar estrictamente las proteínas lácteas en la dieta del bebé. También le recetará leches específicas que contengan, por ejemplo, un hidrolato proteico extenso o preparados de proteínas de leche de soja (sólo a partir de los 6 meses). También existen leches hipoalergénicas que se prescriben como medida preventiva durante los 6 primeros meses del bebé.

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