En nuestra vida cotidiana, podemos experimentar una amplia gama de síntomas, molestias o incomodidades, cuyo origen nos resulta difícil de precisar. Migraña, dolor de estómago, dificultad para hacer la digestión: la lista de síntomas puede ser diversa, variar de una persona a otra y, sobre todo, aparecer de forma diferente en función de los alimentos que comemos.
¿Y si todas estas dolencias cotidianas se debieran simplemente a una intolerancia alimentaria? En los últimos años hemos oído hablar mucho de la intolerancia al gluten y a la lactosa, por ejemplo. Entonces, ¿cómo saber si tus dolencias son signos de intolerancia? ¿Cómo puedes centrarte en los alimentos que provocan los síntomas? Descúbrelo en este artículo.
¿Cuál es la diferencia entre alergia e intolerancia?
Antes de determinar las causas de sus dolencias cotidianas, es importante conocer la diferencia entre una alergia y una intolerancia.
Muchos de nosotros conocemos a personas que son alérgicas a los cacahuetes: estas personas simplemente no pueden consumir productos que contengan cacahuetes, ya que de lo contrario pueden desarrollar reacciones cutáneas graves. En el caso de una persona alérgica, es el sistema inmunitario el que entra en juego. Cuando el cuerpo entra en contacto con un alimento, desarrolla lo que se conoce como reacción. Esto ocurre porque el cuerpo reacciona ante un alimento repeliendo las proteínas alergénicas. En general, los síntomas de una alergia aparecen rápidamente: puede afectar a la piel, las vías respiratorias o el tracto gastrointestinal. Por otra parte, en el caso de una alergia alimentaria, cantidades muy pequeñas de alérgenos pueden desencadenar una reacción.
Tenga en cuenta que los niños suelen ser alérgicos a la leche de vaca, la soja y los frutos secos, mientras que los adultos son más propensos al pescado, el marisco y los frutos secos.
En el caso de una intolerancia, son las enzimas y las proteínas que escasean en nuestro organismo las que provocan los síntomas. La mayoría de las veces, los síntomas de una intolerancia son intestinales y la reacción tarda más en producirse. Las intolerancias más comunes son la intolerancia a la histamina, la intolerancia a la lactosa, la intolerancia a la fructosa y la intolerancia al sorbitol.
¿Cómo se diagnostica una alergia alimentaria?
Cuando se padece una alergia alimentaria, el organismo produce grandes cantidades de anticuerpos lgE que repelen los alérgenos.
Un análisis de sangre o una prueba cutánea pueden indicar si su organismo está sensibilizado a determinados alimentos. Sin embargo, es aconsejable cotejar este análisis con un especialista que pueda determinar con fiabilidad los distintos alimentos que pueden desencadenar una reacción alérgica. No intente autodiagnosticarse excluyendo determinados alimentos de su dieta, ya que esto puede provocar deficiencias. Lo mejor es consultar siempre a un profesional de la salud.
¿Cuáles son las principales intolerancias alimentarias?
Una de las intolerancias alimentarias más comunes es la intolerancia a la lactosa. Está causada por una deficiencia de la enzima lactasa en el organismo.
Otro ejemplo es la intolerancia a los FODMAP: el organismo tiene dificultades para digerir alimentos ricos en azúcares complejos como los fructooligosacáridos (FOS) o los galactooligosacáridos (GOS). En el caso de una intolerancia de este tipo, las personas tienen dificultades para digerir las judías secas, las cebollas, la col, los garbanzos o las patacas.
La intolerancia más citada es también la histamina. La histamina es una sustancia presente en algunos pescados que puede provocar sudoración, rubor, mareos o palpitaciones en algunas personas. La aparición de estos síntomas puede deberse simplemente a una mala conservación del pescado. Sin embargo, si estos síntomas son frecuentes, entonces la persona es intolerante, porque su organismo no produce suficiente diaminooxidasa, una sustancia responsable de descomponer la histamina.
¿Cómo sabe si es intolerante a un alimento?
Para determinar si padece intolerancia a un alimento concreto, primero es importante analizar su menú y revisar los distintos alimentos que acostumbra a comer. Presta también atención a los distintos síntomas que experimentas después de las comidas.
En caso de intolerancia a la lactosa, puedes empezar por realizar una prueba de desalojo: durante tres días, elimina los productos lácteos de tu dieta y observa si mejora tu bienestar digestivo. Si tus síntomas reaparecen cuando vuelves a comer productos que contienen lactosa, hay muchas probabilidades de que seas intolerante. En ese caso, puedes pedir a tu médico que te remita a un hospital para que te hagan una prueba respiratoria.
La intolerancia a los FODMAP puede diagnosticarse mediante un interrogatorio o una prueba de aliento con glucosa o lactulosa. Si el hidrógeno exhalado aumenta rápidamente, la prueba es positiva.
Para evaluar la intolerancia a la histamina, el médico puede prescribir una prueba de diaminooxidasa. Esta intolerancia puede tratarse administrando diaminooxidasa artificial.
¿Qué ocurre con la intolerancia al gluten? En los últimos años hemos oído hablar mucho de esta intolerancia. Sin embargo, ¡sólo afecta al 0,5% de la población! Científicamente, esta intolerancia está relacionada con la enfermedad celíaca y puede caracterizarse por anemia, problemas digestivos, trastornos del sueño, caída del cabello y úlceras bucales. Para diagnosticar la intolerancia al gluten, se puede solicitar al médico una prueba biológica que medirá la IgA antitransglutaminasa y la IgA sérica. El diagnóstico puede confirmarse mediante una fibroscopia y una biopsia.
Busque ayuda profesional para determinar sus intolerancias
Muchas personas se ven tentadas a prohibir ciertos alimentos de su menú para librarse de determinados síntomas sin consultar al médico.
En el caso de la intolerancia al gluten, el reflejo puede ser excluir completamente el trigo de la dieta sin ni siquiera consultar al médico. El resultado es que puedes acabar teniendo carencias, sobre todo de fibra.
Sin embargo, un médico especialista podrá ayudarle a determinar su grado de intolerancia para que pueda adaptar su dieta. Por ejemplo, en caso de intolerancia a la lactosa, podrá consumir pequeñas cantidades dealimentos que contienen lactosa¡sin que aparezca ningún síntoma! Así que evita las dietas demasiado drásticas sin consejo médico, y no dudes en someterte a pruebas con profesionales de la salud.
Hola, soy Vincent 😄
Como tú, soy intolerante a la lactosa.Sé exactamente por lo que estás pasando y las dificultades que encuentras a diario. Desde hace más de 10 años, ayudo a nuestros clientes a utilizar nuestros complementos alimenticios y les doy consejos y trucos para mejorar su bienestar digestivo. También soy una gran cocinera y gastrónoma, así que en este blog encontrarás mis recetas favoritas para una dieta sin lactosa.
La intolerancia a la lactosa no es inevitable Con Lactolerance puedes digerir con total tranquilidad 😉